SE ROMPIO LA RACHA DE DOCE AÑOS SIN PERDER CON EL ETERNO RIVAL

En la noche de ayer, el mediocre equipo de la Palmera con la ayudita del arbitro ganó a un Sevilla que fue muy superior mientras que jugó con once. FELICITAR a la brigada tifo de los Biris por ese precioso mosaico que nos mostro en la previa del comienzo del partido.

En la primera parte el Sevilla llevó el peso del partido, a pesar de no jugar bien teniamos la poseción y dábamos más sensación de peligro y superioridad, mientras ellos se dedicaron a encerrarse atrás y soltar de vez en cuando alguna contra peligrosa (como bien hizo el Osasuna, Racing y Numancia) y empleándose con dureza en el centro del campo, donde jugadores como Mark Gonzalez y Arzu pudieron ver la tarjeta roja por fuertes entradas por detrás a Capel y Navas.

Tras el descanso todo parecía igual, creando el Sevilla dos ocasiones muy claras en los inicios, pero todo iba a cambiar cuando en el minuto 60 expulsan a Duscher por una merecida tarjeta cuando ya tenía otra, de ahí al gol de Sergio García tras un fallo defensivo solo paso un minuto a partir de ahí, el Sevilla se vino abajo tanto fisícamente como anímicamente y el eterno rival nos remató con un gol de Oliveira. A pesar de ello los de Nervión tiraron de orgullo para que Kanoute pusiera el definitivo 1 a 2. Al final del partido se comenta que Chaparro hizo varios cortes de manga a la afición sevillista, si eso es así es un verdadero impresentable, provocador al puro estilo Verdolaga, el cual competición debería sancionar.

Lo que más me preocupa, no es perder con el otro equipo de la ciudad, sino la falta de gol del Sevilla -en el campo nervionense tan solo ha marcado 5 goles en 9 partidos-, el centro del campo que no termina de ser el de otros años y por supuesto la carga de partidos unido a las numerosas bajas.